El Dacia Logan fue el primer modelo con el que la marca ha roto esquemas en el mercado español. Se basa en una fórmula low-cost en la que pocos creían al principio, pero parece haber llegado en el momento oportuno con la combinación adecuada, porque no hace más que crecer en ventas.

Hoy vamos a analizar el Dacia Logan de segunda generación, la versión 4 puertas del superventas Sandero, una opción con una estética más clásica y que ofrece también un enorme maletero acompañando a un interior con 5 plazas reales, práctico, funcional y también básico en calidades, equipamiento y materiales. El concepto low-cost en estado puro.

 

Gama Dacia Logan: pocos motores, menos opciones de equipamiento

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La gama Dacia Logan se compone de dos motorizaciones diésel (dCi de 75 y 90 CV) separados por 600 € de diferencia en precio y con idéntico consumo medio de 3,8 l/100km. Existe también una motorización de gasolina de 75 CV que puede equiparse con la opción bi-fuel para poder repostar GLP pagando un plus de 500 €.

El más accesible es el gasolina de 75 CV, cuyo precio de tarifa sin descuentos se sitúa en unos increíbles 9.150 €, a los que habría que descontar todavía el plan PIVE si fuese el caso o cualquier otra promoción adicional. En el otro extremo de la gama se sitúa el dCi de 90 CV cuyo precio es de 11.150 € y en esos 2.000 € de distancia se mueven los otros dos.

Dacia Logan

El acabado es único, denominado Ambiance, e incluye aire acondicionado, elevalunas delanteros, cierre con mando a distancia, toma USB, Bluetooth y poco más. Las opciones, eso sí, son pocas y muy asequibles: pintura metalizada por 345 € y rueda de repuesto por 101 €. Eso es todo..

Como versión recomendada, si vamos a viajar mucho por carretera, especialmente si lo vamos a hacer cargados, casi no queda otro remedio que irnos al dCi de 90 CV. El diésel de 75 CV va bastante bien a medio régimen y tiene cierta fuerza para moverse con soltura, pero se queda corto como viajero.

El 1.2 se postula como una opción meramente urbana para aquellos que hagan pocos kilómetros y, en ese caso, es el más recomendable por ser el más barato y silencioso.

 

La clave del Logan ¿vale más de lo que cuesta?

No hay duda de que el Logan es un coche básico. Su interior está construido en plásticos duros, sus mandos son en muchos casos reutilizaciones del catálogo de piezas Renault (tiradores de puertas, satélites del volante, relojes...) pero todo ello cumple una función y lo hace correctamente.

El coche es bastante amplio, tiene un buen comportamiento tirando a cómodo y su insonorización no rivaliza con ningún coche de lujo, pero es suficiente para viajar en él sin lamentar la compra a cada kilómetro (aunque el ruido aerodinámico es algo elevado a partir de unos 100 km/h).

La gran pregunta que cabe formular es si ese precio tan bajo para esta "cantidad de coche" realmente lo convierte en una compra inteligente o va tan justito de calidades y equipamiento que estamos simplemente ante un coche que vale lo que cuesta. La respuesta no es sencilla.

Dacia Logan

Por un lado, es cierto que el interior del coche delata su condición low-cost a poco que miremos y toquemos aquí y allá. De hecho se diría que no hace nada por intentar disimularlo o engañarnos con ningún tipo de floritura. Es un interior digno, funcional y práctico, pero construido con el mínimo coste posible.

Exteriormente, el coche también es muy sencillo con sus llantas de chapa con embellecedores, retrovisores en color negro y una antena de techo Renault años 90. Pero el caso es que es amplio, tiene un buen maletero y cumple con la misión de transportar a ocupantes y equipaje de forma muy económica. La fiabilidad mecánica debería ser otro de los puntos fuertes, así como los costes de mantenimiento y reparaciones.

Dacia Logan

En conclusión, no creo que el Dacia Logan sea una ganga, en el sentido de que nos estén vendiendo mucho coche por poco dinero. Está claro por qué es barato. Pero sí creo que Dacia ha sabido definir muy bien la delgada línea roja que separa el low-cost ramplón del coche digno sin complejos y a mi modo de ver han logrado quedarse en el lado correcto de esa tenue frontera.

Es un medio de transporte para quienes no valoran especialmente nada que se salga de lo estrictamente imprescindible y que no defraudará a quien no le pida otra cosa. No me atrevería a llamarla "compra inteligente" en términos absolutos, porque no lo veo apto para todos los públicos, pero sí que lo veo como una compra muy sensata para un amplio sector de la población que lo que quiere es ahorrarse dinero y problemas con el coche.